domingo, 16 de febrero de 2014

48: Alicia Bridges - I Love The Nightlife (1978)

En la segunda mitad de los setenta las discotecas se convirtieron en algo así como templos secularizados, con su ceremonial, su rito, su liturgia. Sólo que las prescripciones de la religión que allí se practicaba eran opuestas a las tradicionales: ni recato ni templanza ni moderación, sino desenfreno, exhibicionismo, frenesí. Un himno de esta nueva doctrina hedonista fue I Love The Nightlife, de Alicia Bridges. Con su voz, que a veces adquiere inflexiones de gran felino, transmite a un tiempo ansia vital por apurar el cáliz de la noche y un punto de difusa melancolía. Que nadie le hable de amor. Le basta la pista de baile -y enfundarse en lamé, y dejarse deslumbrar por las luces de colores- para experimentar la felicidad por lo menos hasta que amanezca.

F.J.E.

1 comentario:

  1. Un clásico que suena, que huele a discoteca, con cierto toque melancólico. Carismática.

    R.O.C.

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